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Tus hijos no te aman

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Edición #5

|

26 oct 2023

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26 oct 2023

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26 oct 2023

Hace mucho mi hijo me pasó en tamaño, pero imagino que una visual parecida a la de este 👆🏼videíto es lo que él veía cuando era pequeño y, al caminar tomados de la mano, me buscaba con sus ojitos para conversar.

O solo para mirarme y confirmar que su fuente de seguridad estaba allí.

Porque eso es lo que somos los padres para los hijos, un lugar seguro… su garantía de supervivencia.

Y desde esa necesidad imperativa de pertenecer para sobrevivir —no desde el amor, como nos gusta egocéntricamente creer— es que los hijos complacen, obedecen y creen todo lo que sus padres les dicen.

Les pasa a ellos.

Y también nos pasó a nosotros eso de creer que…

  • no somos lo suficientemente “buenos niños”.

  • necesitamos “ganarnos su amor”.

  • “la vida es dura/difícil”.

  • tenemos que “portarnos bien”.

  • no debo “fastidiar al otro” ni “ser una carga”.

  • “si no me como todo el brócoli no seré fuerte”… o “no podré ir a disfrutar al parque”… o “que vendrá el policía y me llevará”.

👁️ ¿Quién no tiene historias que contar sobre lo que le decían sus padres para manipular su comportamiento y emociones?
-

No nacemos “amando a nuestros padres”

Este concepto es bastante obvio. Aún así, es difícil de reconocer.

Más aún de tragar.

Tampoco nuestros hijos nacen amándonos.

De hecho, al nacer y por algún tiempo, no saben lo que es el amor.

No tienen una definición para ello.

Ni una experiencia tampoco.

-

Ellos y nosotros nacemos necesitando a nuestros padres.

No amándolos.

Seas o no mamá o papá, SIEMPRE eres hijo o hija.

Y también necesitaste a los tuyos.

¿Sientes que ellos estuvieron disponibles para ti?

¿Cómo sientes y recuerdas tu “hijez”?

¿Qué arrastras de ella —tu experiencia como hija o hijo— hoy en tu adultez?

¿Qué impacto directo tiene ese equipaje emocional en tus relaciones, trabajo, decisiones, calidad de vida? ¿En qué lo notas?

¿Qué crees arrastrarán tus hijos —los tengas ahora o en futuro— mientras crecen?

-

Lo hago porque te amo. Lo hago por tu bien.

¿Existirá alguien que no haya escuchado estas frases?

Detrás de ellas puede haber amor, no hay duda.

Pero… ¿qué es AMOR y qué define como BIEN cada quien?

¿Has pensado en tus definiciones de estas y otros conceptos?

¿Has considerado de dónde las sacaste?

¿Han cambiado con el tiempo y tus vivencias?

-

Resulta que es desde nuestras definiciones que construimos nuestra experiencia de realidad.

Me refiero a lo que experimentamos, sentimos y declaramos como nuestra realidad.

Por mi bien”, según él, mi papá me llegó a pegar muchas veces para que “aprendiera y no se me olvidaran” algunas lecciones como… irónicamente, no pelear con mis hermanas.

Porque me amaba” es que me castigaba de múltiples maneras.

Ya que según él, “eso me haría reflexionar y aprendería a distinguir qué estaba bien y qué no”.

Si me preguntas hoy día, después de muchos años, terapia y trabajo personal de diversa índole, creo que a veces sinceramente él se lo creía.

En otras ocasiones era una manera rápida de ejercer control y poder — desde su absoluta ignorancia en temas parentales.

Y su cero trabajo de reflexión y autoconocimiento.

-

¿Para qué te sirve pensar en esto?

Por una parte, para tener más compasión contigo en cuanto a tus sentimientos hacia tus padres. No solo los que llegaste a sentir durante tu infancia, sino además lo que sientes actualmente.

-

Si te sirve de referencia, yo odié durante muchos años a mi papá.

Fue en mis 40 que logré sanar esa herida que arrastraba.

-

Incluso si no los odias ni has odiado, reconocer que no nacemos amando a nuestros padres puede abrirte una ventana de exploración sobre lo que es el amor, cómo surge y de qué maneras se despliega en tu vida.

Tu manera de amar depende en gran medida de la manera en que te amaron. Explorarla puede abrir paso a nuevas formas de amar desde la persona que eres hoy día.

Y no desde la mirada del niño o niña que fuiste.

¿Cuál es tu manera de amar a tus padres hoy día?

¿Cómo recibes sus expresiones de amor?

¿Hay una experiencia de “deber” o “deuda” en tu amor hacia ellos?

Si tus padres han muerto ¿qué crees que harías diferente desde un amor consciente?

¿Qué te afectó —o crees que te afectaría— al ellos morir: que no podrás recibir su amor directamente o no poder tú amarles?

-

Otro aspecto muy importante es que, luego de reconocer su relevancia, reflexionar sobre este tema puede:

  • Limpiar tu mirada y habilitar nuevas maneras de comprender a tus hijos y sus reacciones hacia ti.

  • Facilitar que te acerques a ellos con menos expectativas, facturas engatilladas, sentimiento de superioridad e, incluso, menos exigencia y necesidad de que te “devuelvan todo el amor que les has dado”.

  • Promover que no te enganches cuando, desde tu perspectiva, no estén siendo tan amorosos como tú quisieras.

  • Activar tu creatividad para abrir espacios para el amor de ti hacia a ellos y de ellos hacia ti.

-

Una sugerencia

Estas letras quedarán en el olvido en unos pocos días.

Te lo aseguro.

A menos que hoy mismo, les dediques un poco de atención efectiva; unos minutos de reflexión; una conversa quizá con tus padres o pareja.

Incluso puedes abrir la charla con tus hijos y hacer rondas de preguntas a ser respondidas por todos.

Una sugerencia es que cada quien responda y los demás se queden en silencio, sin críticas ni juicios. Abriendo el espacio para expresarse sin pensar en los efectos de lo que se diga.

Posteriormente, cuando todos hayan respondido, se puede abrir una conversación sin apuntar específicamente a los comentarios de cada quien, sino expresando cómo se sienten con el ejercicio, qué ideas surgieron, qué notaron cada quien en sí mismo, qué oportunidades ven para sí mismos, si algunas respuestas les dieron un ángulo que nunca habían considerado, etc.

-

Aquí te dejo algunas preguntas que quizá quieras incluir.

¿Qué entendemos por amor?

¿Cómo crees que se siente el amor?

¿El amor puede ser aprendido o es innato en la naturaleza humana?

¿El amor puede ser una fuente de sufrimiento o siempre trae felicidad?

¿Cómo afecta el amor nuestras creencias y valores personales?

¿El amor puede existir sin expectativas o condiciones?

¿Es posible amar a alguien incondicionalmente? ¿Cómo sería? ¿Qué implicaciones tendría?

¿Cómo podrías mostrar amor hacia ti mismo/a?

¿Crees que el amor cambia con el tiempo? ¿Por qué?

¿Qué crees que es importante hacer cuando se tienen desacuerdos o conflictos con alguien a quien se ama?

¿Qué papel juega el amor en la construcción de la identidad personal?

¿Puede el amor ser adictivo o generar dependencia emocional?

¿Qué piensas que hace que el amor entre dos personas sea fuerte y duradero?

¿Alguna vez has sentido amor por alguien y no sabes cómo expresarlo?

¿Cómo influyen las experiencias pasadas de amor y relaciones en nuestra capacidad para amar en el presente?

¿Es el amor más fuerte que el odio?

¿Cuál es la relación entre el amor propio y el amor hacia los demás?

-

Me despido hasta la próxima edición, en días en los que el amor se me hace tan urgente…

Evelyn

p.d. El próximo jueves publico mi newsletter «EvelynEyes». Si quieres leer algunas ediciones y suscribirte para recibirla cada otra semana, ​puedes hacerlo aquí.​

Y si quieres leer las ediciones previas de «Amar No Es Suficiente», ​las encuentras aquí​.

Hace mucho mi hijo me pasó en tamaño, pero imagino que una visual parecida a la de este 👆🏼videíto es lo que él veía cuando era pequeño y, al caminar tomados de la mano, me buscaba con sus ojitos para conversar.

O solo para mirarme y confirmar que su fuente de seguridad estaba allí.

Porque eso es lo que somos los padres para los hijos, un lugar seguro… su garantía de supervivencia.

Y desde esa necesidad imperativa de pertenecer para sobrevivir —no desde el amor, como nos gusta egocéntricamente creer— es que los hijos complacen, obedecen y creen todo lo que sus padres les dicen.

Les pasa a ellos.

Y también nos pasó a nosotros eso de creer que…

  • no somos lo suficientemente “buenos niños”.

  • necesitamos “ganarnos su amor”.

  • “la vida es dura/difícil”.

  • tenemos que “portarnos bien”.

  • no debo “fastidiar al otro” ni “ser una carga”.

  • “si no me como todo el brócoli no seré fuerte”… o “no podré ir a disfrutar al parque”… o “que vendrá el policía y me llevará”.

👁️ ¿Quién no tiene historias que contar sobre lo que le decían sus padres para manipular su comportamiento y emociones?
-

No nacemos “amando a nuestros padres”

Este concepto es bastante obvio. Aún así, es difícil de reconocer.

Más aún de tragar.

Tampoco nuestros hijos nacen amándonos.

De hecho, al nacer y por algún tiempo, no saben lo que es el amor.

No tienen una definición para ello.

Ni una experiencia tampoco.

-

Ellos y nosotros nacemos necesitando a nuestros padres.

No amándolos.

Seas o no mamá o papá, SIEMPRE eres hijo o hija.

Y también necesitaste a los tuyos.

¿Sientes que ellos estuvieron disponibles para ti?

¿Cómo sientes y recuerdas tu “hijez”?

¿Qué arrastras de ella —tu experiencia como hija o hijo— hoy en tu adultez?

¿Qué impacto directo tiene ese equipaje emocional en tus relaciones, trabajo, decisiones, calidad de vida? ¿En qué lo notas?

¿Qué crees arrastrarán tus hijos —los tengas ahora o en futuro— mientras crecen?

-

Lo hago porque te amo. Lo hago por tu bien.

¿Existirá alguien que no haya escuchado estas frases?

Detrás de ellas puede haber amor, no hay duda.

Pero… ¿qué es AMOR y qué define como BIEN cada quien?

¿Has pensado en tus definiciones de estas y otros conceptos?

¿Has considerado de dónde las sacaste?

¿Han cambiado con el tiempo y tus vivencias?

-

Resulta que es desde nuestras definiciones que construimos nuestra experiencia de realidad.

Me refiero a lo que experimentamos, sentimos y declaramos como nuestra realidad.

Por mi bien”, según él, mi papá me llegó a pegar muchas veces para que “aprendiera y no se me olvidaran” algunas lecciones como… irónicamente, no pelear con mis hermanas.

Porque me amaba” es que me castigaba de múltiples maneras.

Ya que según él, “eso me haría reflexionar y aprendería a distinguir qué estaba bien y qué no”.

Si me preguntas hoy día, después de muchos años, terapia y trabajo personal de diversa índole, creo que a veces sinceramente él se lo creía.

En otras ocasiones era una manera rápida de ejercer control y poder — desde su absoluta ignorancia en temas parentales.

Y su cero trabajo de reflexión y autoconocimiento.

-

¿Para qué te sirve pensar en esto?

Por una parte, para tener más compasión contigo en cuanto a tus sentimientos hacia tus padres. No solo los que llegaste a sentir durante tu infancia, sino además lo que sientes actualmente.

-

Si te sirve de referencia, yo odié durante muchos años a mi papá.

Fue en mis 40 que logré sanar esa herida que arrastraba.

-

Incluso si no los odias ni has odiado, reconocer que no nacemos amando a nuestros padres puede abrirte una ventana de exploración sobre lo que es el amor, cómo surge y de qué maneras se despliega en tu vida.

Tu manera de amar depende en gran medida de la manera en que te amaron. Explorarla puede abrir paso a nuevas formas de amar desde la persona que eres hoy día.

Y no desde la mirada del niño o niña que fuiste.

¿Cuál es tu manera de amar a tus padres hoy día?

¿Cómo recibes sus expresiones de amor?

¿Hay una experiencia de “deber” o “deuda” en tu amor hacia ellos?

Si tus padres han muerto ¿qué crees que harías diferente desde un amor consciente?

¿Qué te afectó —o crees que te afectaría— al ellos morir: que no podrás recibir su amor directamente o no poder tú amarles?

-

Otro aspecto muy importante es que, luego de reconocer su relevancia, reflexionar sobre este tema puede:

  • Limpiar tu mirada y habilitar nuevas maneras de comprender a tus hijos y sus reacciones hacia ti.

  • Facilitar que te acerques a ellos con menos expectativas, facturas engatilladas, sentimiento de superioridad e, incluso, menos exigencia y necesidad de que te “devuelvan todo el amor que les has dado”.

  • Promover que no te enganches cuando, desde tu perspectiva, no estén siendo tan amorosos como tú quisieras.

  • Activar tu creatividad para abrir espacios para el amor de ti hacia a ellos y de ellos hacia ti.

-

Una sugerencia

Estas letras quedarán en el olvido en unos pocos días.

Te lo aseguro.

A menos que hoy mismo, les dediques un poco de atención efectiva; unos minutos de reflexión; una conversa quizá con tus padres o pareja.

Incluso puedes abrir la charla con tus hijos y hacer rondas de preguntas a ser respondidas por todos.

Una sugerencia es que cada quien responda y los demás se queden en silencio, sin críticas ni juicios. Abriendo el espacio para expresarse sin pensar en los efectos de lo que se diga.

Posteriormente, cuando todos hayan respondido, se puede abrir una conversación sin apuntar específicamente a los comentarios de cada quien, sino expresando cómo se sienten con el ejercicio, qué ideas surgieron, qué notaron cada quien en sí mismo, qué oportunidades ven para sí mismos, si algunas respuestas les dieron un ángulo que nunca habían considerado, etc.

-

Aquí te dejo algunas preguntas que quizá quieras incluir.

¿Qué entendemos por amor?

¿Cómo crees que se siente el amor?

¿El amor puede ser aprendido o es innato en la naturaleza humana?

¿El amor puede ser una fuente de sufrimiento o siempre trae felicidad?

¿Cómo afecta el amor nuestras creencias y valores personales?

¿El amor puede existir sin expectativas o condiciones?

¿Es posible amar a alguien incondicionalmente? ¿Cómo sería? ¿Qué implicaciones tendría?

¿Cómo podrías mostrar amor hacia ti mismo/a?

¿Crees que el amor cambia con el tiempo? ¿Por qué?

¿Qué crees que es importante hacer cuando se tienen desacuerdos o conflictos con alguien a quien se ama?

¿Qué papel juega el amor en la construcción de la identidad personal?

¿Puede el amor ser adictivo o generar dependencia emocional?

¿Qué piensas que hace que el amor entre dos personas sea fuerte y duradero?

¿Alguna vez has sentido amor por alguien y no sabes cómo expresarlo?

¿Cómo influyen las experiencias pasadas de amor y relaciones en nuestra capacidad para amar en el presente?

¿Es el amor más fuerte que el odio?

¿Cuál es la relación entre el amor propio y el amor hacia los demás?

-

Me despido hasta la próxima edición, en días en los que el amor se me hace tan urgente…

Evelyn

p.d. El próximo jueves publico mi newsletter «EvelynEyes». Si quieres leer algunas ediciones y suscribirte para recibirla cada otra semana, ​puedes hacerlo aquí.​

Y si quieres leer las ediciones previas de «Amar No Es Suficiente», ​las encuentras aquí​.

Hace mucho mi hijo me pasó en tamaño, pero imagino que una visual parecida a la de este 👆🏼videíto es lo que él veía cuando era pequeño y, al caminar tomados de la mano, me buscaba con sus ojitos para conversar.

O solo para mirarme y confirmar que su fuente de seguridad estaba allí.

Porque eso es lo que somos los padres para los hijos, un lugar seguro… su garantía de supervivencia.

Y desde esa necesidad imperativa de pertenecer para sobrevivir —no desde el amor, como nos gusta egocéntricamente creer— es que los hijos complacen, obedecen y creen todo lo que sus padres les dicen.

Les pasa a ellos.

Y también nos pasó a nosotros eso de creer que…

  • no somos lo suficientemente “buenos niños”.

  • necesitamos “ganarnos su amor”.

  • “la vida es dura/difícil”.

  • tenemos que “portarnos bien”.

  • no debo “fastidiar al otro” ni “ser una carga”.

  • “si no me como todo el brócoli no seré fuerte”… o “no podré ir a disfrutar al parque”… o “que vendrá el policía y me llevará”.

👁️ ¿Quién no tiene historias que contar sobre lo que le decían sus padres para manipular su comportamiento y emociones?
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No nacemos “amando a nuestros padres”

Este concepto es bastante obvio. Aún así, es difícil de reconocer.

Más aún de tragar.

Tampoco nuestros hijos nacen amándonos.

De hecho, al nacer y por algún tiempo, no saben lo que es el amor.

No tienen una definición para ello.

Ni una experiencia tampoco.

-

Ellos y nosotros nacemos necesitando a nuestros padres.

No amándolos.

Seas o no mamá o papá, SIEMPRE eres hijo o hija.

Y también necesitaste a los tuyos.

¿Sientes que ellos estuvieron disponibles para ti?

¿Cómo sientes y recuerdas tu “hijez”?

¿Qué arrastras de ella —tu experiencia como hija o hijo— hoy en tu adultez?

¿Qué impacto directo tiene ese equipaje emocional en tus relaciones, trabajo, decisiones, calidad de vida? ¿En qué lo notas?

¿Qué crees arrastrarán tus hijos —los tengas ahora o en futuro— mientras crecen?

-

Lo hago porque te amo. Lo hago por tu bien.

¿Existirá alguien que no haya escuchado estas frases?

Detrás de ellas puede haber amor, no hay duda.

Pero… ¿qué es AMOR y qué define como BIEN cada quien?

¿Has pensado en tus definiciones de estas y otros conceptos?

¿Has considerado de dónde las sacaste?

¿Han cambiado con el tiempo y tus vivencias?

-

Resulta que es desde nuestras definiciones que construimos nuestra experiencia de realidad.

Me refiero a lo que experimentamos, sentimos y declaramos como nuestra realidad.

Por mi bien”, según él, mi papá me llegó a pegar muchas veces para que “aprendiera y no se me olvidaran” algunas lecciones como… irónicamente, no pelear con mis hermanas.

Porque me amaba” es que me castigaba de múltiples maneras.

Ya que según él, “eso me haría reflexionar y aprendería a distinguir qué estaba bien y qué no”.

Si me preguntas hoy día, después de muchos años, terapia y trabajo personal de diversa índole, creo que a veces sinceramente él se lo creía.

En otras ocasiones era una manera rápida de ejercer control y poder — desde su absoluta ignorancia en temas parentales.

Y su cero trabajo de reflexión y autoconocimiento.

-

¿Para qué te sirve pensar en esto?

Por una parte, para tener más compasión contigo en cuanto a tus sentimientos hacia tus padres. No solo los que llegaste a sentir durante tu infancia, sino además lo que sientes actualmente.

-

Si te sirve de referencia, yo odié durante muchos años a mi papá.

Fue en mis 40 que logré sanar esa herida que arrastraba.

-

Incluso si no los odias ni has odiado, reconocer que no nacemos amando a nuestros padres puede abrirte una ventana de exploración sobre lo que es el amor, cómo surge y de qué maneras se despliega en tu vida.

Tu manera de amar depende en gran medida de la manera en que te amaron. Explorarla puede abrir paso a nuevas formas de amar desde la persona que eres hoy día.

Y no desde la mirada del niño o niña que fuiste.

¿Cuál es tu manera de amar a tus padres hoy día?

¿Cómo recibes sus expresiones de amor?

¿Hay una experiencia de “deber” o “deuda” en tu amor hacia ellos?

Si tus padres han muerto ¿qué crees que harías diferente desde un amor consciente?

¿Qué te afectó —o crees que te afectaría— al ellos morir: que no podrás recibir su amor directamente o no poder tú amarles?

-

Otro aspecto muy importante es que, luego de reconocer su relevancia, reflexionar sobre este tema puede:

  • Limpiar tu mirada y habilitar nuevas maneras de comprender a tus hijos y sus reacciones hacia ti.

  • Facilitar que te acerques a ellos con menos expectativas, facturas engatilladas, sentimiento de superioridad e, incluso, menos exigencia y necesidad de que te “devuelvan todo el amor que les has dado”.

  • Promover que no te enganches cuando, desde tu perspectiva, no estén siendo tan amorosos como tú quisieras.

  • Activar tu creatividad para abrir espacios para el amor de ti hacia a ellos y de ellos hacia ti.

-

Una sugerencia

Estas letras quedarán en el olvido en unos pocos días.

Te lo aseguro.

A menos que hoy mismo, les dediques un poco de atención efectiva; unos minutos de reflexión; una conversa quizá con tus padres o pareja.

Incluso puedes abrir la charla con tus hijos y hacer rondas de preguntas a ser respondidas por todos.

Una sugerencia es que cada quien responda y los demás se queden en silencio, sin críticas ni juicios. Abriendo el espacio para expresarse sin pensar en los efectos de lo que se diga.

Posteriormente, cuando todos hayan respondido, se puede abrir una conversación sin apuntar específicamente a los comentarios de cada quien, sino expresando cómo se sienten con el ejercicio, qué ideas surgieron, qué notaron cada quien en sí mismo, qué oportunidades ven para sí mismos, si algunas respuestas les dieron un ángulo que nunca habían considerado, etc.

-

Aquí te dejo algunas preguntas que quizá quieras incluir.

¿Qué entendemos por amor?

¿Cómo crees que se siente el amor?

¿El amor puede ser aprendido o es innato en la naturaleza humana?

¿El amor puede ser una fuente de sufrimiento o siempre trae felicidad?

¿Cómo afecta el amor nuestras creencias y valores personales?

¿El amor puede existir sin expectativas o condiciones?

¿Es posible amar a alguien incondicionalmente? ¿Cómo sería? ¿Qué implicaciones tendría?

¿Cómo podrías mostrar amor hacia ti mismo/a?

¿Crees que el amor cambia con el tiempo? ¿Por qué?

¿Qué crees que es importante hacer cuando se tienen desacuerdos o conflictos con alguien a quien se ama?

¿Qué papel juega el amor en la construcción de la identidad personal?

¿Puede el amor ser adictivo o generar dependencia emocional?

¿Qué piensas que hace que el amor entre dos personas sea fuerte y duradero?

¿Alguna vez has sentido amor por alguien y no sabes cómo expresarlo?

¿Cómo influyen las experiencias pasadas de amor y relaciones en nuestra capacidad para amar en el presente?

¿Es el amor más fuerte que el odio?

¿Cuál es la relación entre el amor propio y el amor hacia los demás?

-

Me despido hasta la próxima edición, en días en los que el amor se me hace tan urgente…

Evelyn

p.d. El próximo jueves publico mi newsletter «EvelynEyes». Si quieres leer algunas ediciones y suscribirte para recibirla cada otra semana, ​puedes hacerlo aquí.​

Y si quieres leer las ediciones previas de «Amar No Es Suficiente», ​las encuentras aquí​.

Hace mucho mi hijo me pasó en tamaño, pero imagino que una visual parecida a la de este 👆🏼videíto es lo que él veía cuando era pequeño y, al caminar tomados de la mano, me buscaba con sus ojitos para conversar.

O solo para mirarme y confirmar que su fuente de seguridad estaba allí.

Porque eso es lo que somos los padres para los hijos, un lugar seguro… su garantía de supervivencia.

Y desde esa necesidad imperativa de pertenecer para sobrevivir —no desde el amor, como nos gusta egocéntricamente creer— es que los hijos complacen, obedecen y creen todo lo que sus padres les dicen.

Les pasa a ellos.

Y también nos pasó a nosotros eso de creer que…

  • no somos lo suficientemente “buenos niños”.

  • necesitamos “ganarnos su amor”.

  • “la vida es dura/difícil”.

  • tenemos que “portarnos bien”.

  • no debo “fastidiar al otro” ni “ser una carga”.

  • “si no me como todo el brócoli no seré fuerte”… o “no podré ir a disfrutar al parque”… o “que vendrá el policía y me llevará”.

👁️ ¿Quién no tiene historias que contar sobre lo que le decían sus padres para manipular su comportamiento y emociones?
-

No nacemos “amando a nuestros padres”

Este concepto es bastante obvio. Aún así, es difícil de reconocer.

Más aún de tragar.

Tampoco nuestros hijos nacen amándonos.

De hecho, al nacer y por algún tiempo, no saben lo que es el amor.

No tienen una definición para ello.

Ni una experiencia tampoco.

-

Ellos y nosotros nacemos necesitando a nuestros padres.

No amándolos.

Seas o no mamá o papá, SIEMPRE eres hijo o hija.

Y también necesitaste a los tuyos.

¿Sientes que ellos estuvieron disponibles para ti?

¿Cómo sientes y recuerdas tu “hijez”?

¿Qué arrastras de ella —tu experiencia como hija o hijo— hoy en tu adultez?

¿Qué impacto directo tiene ese equipaje emocional en tus relaciones, trabajo, decisiones, calidad de vida? ¿En qué lo notas?

¿Qué crees arrastrarán tus hijos —los tengas ahora o en futuro— mientras crecen?

-

Lo hago porque te amo. Lo hago por tu bien.

¿Existirá alguien que no haya escuchado estas frases?

Detrás de ellas puede haber amor, no hay duda.

Pero… ¿qué es AMOR y qué define como BIEN cada quien?

¿Has pensado en tus definiciones de estas y otros conceptos?

¿Has considerado de dónde las sacaste?

¿Han cambiado con el tiempo y tus vivencias?

-

Resulta que es desde nuestras definiciones que construimos nuestra experiencia de realidad.

Me refiero a lo que experimentamos, sentimos y declaramos como nuestra realidad.

Por mi bien”, según él, mi papá me llegó a pegar muchas veces para que “aprendiera y no se me olvidaran” algunas lecciones como… irónicamente, no pelear con mis hermanas.

Porque me amaba” es que me castigaba de múltiples maneras.

Ya que según él, “eso me haría reflexionar y aprendería a distinguir qué estaba bien y qué no”.

Si me preguntas hoy día, después de muchos años, terapia y trabajo personal de diversa índole, creo que a veces sinceramente él se lo creía.

En otras ocasiones era una manera rápida de ejercer control y poder — desde su absoluta ignorancia en temas parentales.

Y su cero trabajo de reflexión y autoconocimiento.

-

¿Para qué te sirve pensar en esto?

Por una parte, para tener más compasión contigo en cuanto a tus sentimientos hacia tus padres. No solo los que llegaste a sentir durante tu infancia, sino además lo que sientes actualmente.

-

Si te sirve de referencia, yo odié durante muchos años a mi papá.

Fue en mis 40 que logré sanar esa herida que arrastraba.

-

Incluso si no los odias ni has odiado, reconocer que no nacemos amando a nuestros padres puede abrirte una ventana de exploración sobre lo que es el amor, cómo surge y de qué maneras se despliega en tu vida.

Tu manera de amar depende en gran medida de la manera en que te amaron. Explorarla puede abrir paso a nuevas formas de amar desde la persona que eres hoy día.

Y no desde la mirada del niño o niña que fuiste.

¿Cuál es tu manera de amar a tus padres hoy día?

¿Cómo recibes sus expresiones de amor?

¿Hay una experiencia de “deber” o “deuda” en tu amor hacia ellos?

Si tus padres han muerto ¿qué crees que harías diferente desde un amor consciente?

¿Qué te afectó —o crees que te afectaría— al ellos morir: que no podrás recibir su amor directamente o no poder tú amarles?

-

Otro aspecto muy importante es que, luego de reconocer su relevancia, reflexionar sobre este tema puede:

  • Limpiar tu mirada y habilitar nuevas maneras de comprender a tus hijos y sus reacciones hacia ti.

  • Facilitar que te acerques a ellos con menos expectativas, facturas engatilladas, sentimiento de superioridad e, incluso, menos exigencia y necesidad de que te “devuelvan todo el amor que les has dado”.

  • Promover que no te enganches cuando, desde tu perspectiva, no estén siendo tan amorosos como tú quisieras.

  • Activar tu creatividad para abrir espacios para el amor de ti hacia a ellos y de ellos hacia ti.

-

Una sugerencia

Estas letras quedarán en el olvido en unos pocos días.

Te lo aseguro.

A menos que hoy mismo, les dediques un poco de atención efectiva; unos minutos de reflexión; una conversa quizá con tus padres o pareja.

Incluso puedes abrir la charla con tus hijos y hacer rondas de preguntas a ser respondidas por todos.

Una sugerencia es que cada quien responda y los demás se queden en silencio, sin críticas ni juicios. Abriendo el espacio para expresarse sin pensar en los efectos de lo que se diga.

Posteriormente, cuando todos hayan respondido, se puede abrir una conversación sin apuntar específicamente a los comentarios de cada quien, sino expresando cómo se sienten con el ejercicio, qué ideas surgieron, qué notaron cada quien en sí mismo, qué oportunidades ven para sí mismos, si algunas respuestas les dieron un ángulo que nunca habían considerado, etc.

-

Aquí te dejo algunas preguntas que quizá quieras incluir.

¿Qué entendemos por amor?

¿Cómo crees que se siente el amor?

¿El amor puede ser aprendido o es innato en la naturaleza humana?

¿El amor puede ser una fuente de sufrimiento o siempre trae felicidad?

¿Cómo afecta el amor nuestras creencias y valores personales?

¿El amor puede existir sin expectativas o condiciones?

¿Es posible amar a alguien incondicionalmente? ¿Cómo sería? ¿Qué implicaciones tendría?

¿Cómo podrías mostrar amor hacia ti mismo/a?

¿Crees que el amor cambia con el tiempo? ¿Por qué?

¿Qué crees que es importante hacer cuando se tienen desacuerdos o conflictos con alguien a quien se ama?

¿Qué papel juega el amor en la construcción de la identidad personal?

¿Puede el amor ser adictivo o generar dependencia emocional?

¿Qué piensas que hace que el amor entre dos personas sea fuerte y duradero?

¿Alguna vez has sentido amor por alguien y no sabes cómo expresarlo?

¿Cómo influyen las experiencias pasadas de amor y relaciones en nuestra capacidad para amar en el presente?

¿Es el amor más fuerte que el odio?

¿Cuál es la relación entre el amor propio y el amor hacia los demás?

-

Me despido hasta la próxima edición, en días en los que el amor se me hace tan urgente…

Evelyn

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Y si quieres leer las ediciones previas de «Amar No Es Suficiente», ​las encuentras aquí​.

Cada otro jueves, nuevas reflexiones sobre hijez y parentalidad consciente para seguir conectando a tu sabiduría.

Cada otro jueves, nuevas reflexiones sobre hijez y parentalidad consciente para seguir conectando a tu sabiduría.

Cada otro jueves, nuevas reflexiones sobre hijez y parentalidad consciente para seguir conectando a tu sabiduría.

Cada otro jueves, nuevas reflexiones sobre hijez y parentalidad consciente para seguir conectando a tu sabiduría.